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Desde el radicalismo posnapoleónico en Inglaterra hasta el populismo en losEstados Unidos, todos los movimientos de protesta que incluían a los granjeros y a los pequeños empresarios se caracterizaban por sus peticiones de flexibilidad financiera paraobtener el dinero necesario.
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Para el estado estacionario, cf. T. Schumpeter : ¡lis
tory of Economíc Analysis,
1954, págs. 570-571. La fórmula principal es de John Stuart Mill,
Principies of PoliticalEconomy,
libro IV, cap. IV: "Cuando un país ha te-nido durante mucho tiempo una gran producción y una gran red de impuestos para aprovecharla, y cuando, por ello, ha contadocon los medios para un gran aumento anual de capital, una de las características de tal países que la proporción de beneficios está, por decirlo así, a un palmo del mínimum, y el país, por eso, al borde del estado estacionario... La mera prolongación del presente aumento decapital, si no se presentan circunstancias que contraríen sus efectos, bastaría en pocos años para reducir esos beneficios al mínimum." No obstante, cuando esto se publicó
(1848),
fafuerza contraria —la ola de desarrollo producida por el ferrocarril— ya había aparecido.
'evoluciones
[1urguc.
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mercial de alza y baja, la tendencia de la ganancia a declinar y (lo que venía a ser lomismo) la disminución de las oportunidades de inversiones provechosas. El primero deellos no se consideraba grave, salvo por los críticos del capitalismo en sí, que fueron los primeros en investigarlo y considerarlo como parte integral del proceso económico delcapitalismo y un síntoma de sus inherentes contradicciones
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".
Las crisis periódicas de laeconomía que conducían al paro, a la baja de producción, a la bancarrota, etc., eran bienconocidas. En el siglo xviir reflejaban, por lo general, alguna catástrofe agrícola (pérdidade cosechas, etc.), y, como se ha dicho, en el continente europeo, las perturbacionesagrarias fueron la causa principal de las más profundas depresiones hasta el final del período que estudiamos. También eran frecuentes en Inglaterra, al menos desde 1793, lascrisis periódicas en los pequeños sectores fabriles y financieros. Después de las guerrasnapoleónicas, el drama periódico de las grandes subidas y caídas —en 1825-1826, en1836-1837, en 1839-1842, en 1846-1848— dominaba claramente la vida económica deuna nación en paz. En la década 1830-1840, la verdaderamente crucial en la época queestudiamos, ya se reconocía vagamente que eran un fenómeno periódico y regular, almenos en el comercio y en las finanzas
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'.
Sin embargo, se atri-
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El suizo Simonde de Sismondi y el conservador Malthus, hombre de mentalidadcampesina, fueron los primeros en tratar de estos temas antes de 1825. Los nuevossocialistas hicieron de sus teorías sobre la crisis una clave de su crítica del capitalismo.
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Por el radical John Wade:
History of the Middle and Working Classes;
el banquerolord Overstone
,
Reflections
Suggested by
the Perusal of Mr. J. Horsley Palmer's Pamphlet on the Causes and Consequences of the Pressure
on the Money
Market,
1837; el veteranoAnti-Corn Law J. Wilson:
Fluctuations of Currency, Cornmerce and Manufacture; Referable to the Corn Latt's,
1840, y
La revolución industrial
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buían generalmente por los hombres de negocios a errores particulares —como, por ejemplo, la superespeculación en los depósitos americanos— o a interferencias extrañasen las plácidas operaciones de la economía capitalista sin creer que reflejaran algunadificultad fundamental del sistema. No así la disminución del margen de beneficios, como lo ilustra claramente la industriadel algodón. Inicialmente, esta industria disfrutaba de in-mensas ventajas. Lamecanización aumentó mucho la productividad (por ejemplo, al reducir el costo por unidad producida) de los trabajadores, muy mal pagados en todo caso, y en gran parte
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gracias lo necesitaba (Y).... estupendo aporte
excelente libro pero la digitalizacion deja mucho que desear
gran libro, buen aporte! bajaaando